Primero y ante todo gracias. Estamos abrumados por las muestras de apoyo recibidas. Han sido tantísimas que reconfortan. Está siendo toda una experiencia (nada agradable) verse metido de lleno en un escándalo semejante. Menuda repercusión. Unos nos apoyan, otros opinan, otros critican. Las redes sociales son así.
El festival de Salinas, con los años, se había convertido en una gran molestia y no me refiero para los vecinos que se quejaban, que también. Los eventos grandes se hacen en municipios grandes, los pequeños en municipios pequeños. Es un tema de medios. Cuando se invierte esta norma, suele pasar algo. El evento se deja caer. Puede que no de manera premeditada, pero cualquier voluntad de sacarlo para adelante desaparece.
Se monta un gran escándalo, que generalmente se come el político de turno que no supo prever la que se le venía encima, o el organizador, la tormenta pasa, y el evento desaparece del sitio pequeño mudándose a otro más grande o simplemente no se vuelve a hacer. Lo curioso es que quienes tomaron esa decisión, sean quienes sean, alejados de la primera línea, duermen muy tranquilos.
A partir de ahí, es increíble lo que se llega a leer. Muchos mensajes de apoyo venían dando por hecho que no habíamos hecho las cosas bien, pero que por nuestra trayectoria no nos merecíamos este final.
El mensaje enviado por el ayuntamiento de que faltaba documentación caló, pero ES COMPLETAMENTE FALSO. Estaba presentada la misma documentación que siempre, las leyes no cambiaron. Por tanto, si se presenta una documentación para un evento, y durante 19 años se aprueba, el 20 se tiene que aprobar, es de sentido común, es de seguridad jurídica, es de primer día de facultad de derecho. Cualquiera lo puede entender. Lo que cambió fue lo que se pidió, nada que ver con el pasado, algo que si es contrario a derecho. O se equivocaron este año o lo hicieron los 19 años anteriores